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Compendio de Bioética

 

0. INTRODUCCIÓN

(El origen de estos “Guiones”)

El motivo por el que, finalmente, me he decidido a escribir los Guiones de Bioética resulta fácil de comprender:

Hasta ahora desarrollábamos cada cuestión de bioética en dos sesiones, salvo alguna que se extendía hasta tres: la primera sesión consistía en una exposición del profesor, en la medida de lo posible, sin interrupciones; la segunda servía para formular cuestiones, resolver dudas, establecer ─en definitiva─ un diálogo fluido entre alumnos y profesor, como cauce para profundizar en los aspectos que más interesaban a los participantes en la sesión.

Reconozco que resultaban más atractivas las segundas sesiones, que difícilmente se habrían desarrollado sin esa exposición previa del profesor en la que “se ponían sobre el tapete" los temas de actualidad. Además de atractivas, a veces también eran más profundas, pues los alumnos pensaban mucho para formular las cuestiones y el profesor debía reflexionar para dar una respuesta cabal a las mismas. En muchas ocasiones, dentro del diálogo fluido que se establecía, eran los propios alumnos quienes resolvían las cuestiones planteadas por otros alumnos.

Sin embargo, a la hora de redactar el trabajo por el que iban a ser evaluados, bastantes se conformaban con reproducir literalmente la exposición del primer día, sin tener en cuenta la enorme riqueza de contenidos de las segundas sesiones.

       Me parece que estos guiones permitirán una exposición más ágil por parte del profesor, pues el alumno no deberá preocuparse tanto de tomar unos apuntes completos como de anotar algunas referencias sueltas. ─Además espero que no se le ocurra a nadie reproducir en su trabajo el guion que ya me he preocupado personalmente de transcribir (¡tendría delito!). ─En resumen, pienso que los trabajos recogerán ideas del guion, de la exposición y de las intervenciones: al ser elaborados plenamente por el alumno, manifestarán mejor su riqueza intelectual e incluso servirán para desarrollarla mediante el esfuerzo.

Termino con tres ideas que considero sumamente importantes:

1) Los guiones son solo eso: guiones, y nunca podrán hacer baladí la exposición preparada por el profesor ni el diálogo posterior, también preparado, con los alumnos.

2) He querido hablar a propósito de diálogo (y no de debate), pues la verdad no "se hace" por mayoría de votos sino que se descubre sin acaloramiento, es decir, dialogando más que debatiendo. Sería un grave error plantear esos diálogos como una simple ocasión de lucimiento personal ─de oratoria más o menos brillante─ o como un sondeo de opinión: la verdad acerca de cada cuestión de bioética existe, es objetiva, y debemos buscarla.

3) Al ser el nuestro un estudio bioético de carácter filosófico y no teológico, evitaré referencias al Magisterio de la Iglesia como argumento de autoridad. Si en algún caso cito ese Magisterio lo haré por su coherencia humana, igual que me apoyaré en citas de científicos o filósofos coherentes. De esta forma, los razonamientos expuestos en los guiones podrán ser aceptados por cualquier persona, independientemente de su credo religioso.

Marbella, agosto de 1996.

 

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