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5. LA CORONACIÓN DE MARÍA
SANTÍSIMA |
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Coronación de la Virgen (San Josemaría Escrivá, Santo Rosario) Eres toda hermosa, y no hay en ti
mancha. ‑Huerto cerrado eres, hermana mía, Esposa, huerto cerrado,
fuente sellada. ‑ Veni: coronaberis. ‑Ven: serás coronada.
(Cant., IV, 7, 12 y 8.) Si tú y yo hubiéramos tenido
poder, la hubiéramos hecho también Reina y Señora de todo lo creado. Una gran señal, apareció en el
cielo: una mujer con corona de doce estrellas sobre su cabeza. ‑Vestido
de sol. ‑La luna a sus pies. (Apoc., XII, 1.) María, Virgen sin
mancilla, reparó la caída de Eva: y ha pisado, con su planta inmaculada, la
cabeza del dragón infernal. Hija de Dios, Madre de Dios, Esposa de Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo la coronan como Emperatriz que es del Universo. Y le rinden pleitesía de vasallos los Ángeles..., y los patriarcas y los profetas y los Apóstoles..., y los mártires y los confesores y las vírgenes y todos los santos..., y todos los pecadores y tú y yo. |
Algunas
consideraciones para meditar el misterio
- Más que Ella sólo Dios. Y por eso Dios
(Padre, Hijo y Espíritu Santo) la corona como Reina y Señora de toda la
Creación. -
Había permanecido oculta durante su vida: en los grandes milagros de su Hijo
no aparece, y sí en los momentos "malos" (al pie de la cruz). Pero
Dios quiere ensalzarla en el cielo. -
También en la tierra se verifica, desde entonces, lo que había anunciado la
Virgen en el canto del "Magníficat" (vid. 2º misterio gozoso):
"que la llamarán bienaventurada todas las generaciones". -
Como Reina, cumple la función de atender las necesidades de sus súbditos.
Como Madre, anima a sus hijos a acudir a su intercesión llenos de confianza.
Ya había empezado a actuar así en Caná (vid. 2º misterio luminoso) |
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