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1. EL BAUTISMO DEL SEÑOR EN EL JORDÁN |
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Bautismo de Jesús (Mt
3,13-17) Entonces vino Jesús al Jordán
desde Galilea, para ser bautizado por Juan. Pero éste se resistía diciendo: ‑Soy yo quien necesita ser
bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí? Jesús le respondió: ‑Déjame ahora, así es como
debemos cumplir nosotros toda justicia. Entonces
Juan se lo permitió. Inmediatamente después de ser bautizado, Jesús salió del
agua; y entonces se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios que
descendía en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz desde los cielos
dijo: ‑Éste es mi Hijo, el amado,
en quien me he complacido. |
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Algunas
consideraciones para meditar el misterio
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El Bautista prepara el camino de Jesucristo: llama a todos a la conversión:
justicia, veracidad, pureza... como preparación para recibir a Cristo. -
Juan ya reconoció a Jesús antes de nacer (vid. 2º misterio gozoso): ahora
vuelve a hacerlo cuando el Señor se acerca para ser bautizado. Y es que tenía
“piel fina” para reconocer a Dios. ¿Y yo?¿Tengo “piel fina” o debe “gritarme”
para que le escuche cuando me está pidiendo que cambie en algo? -Inicialmente,
Juan el Bautista –por humildad- se resiste a bautizar al Señor: ¡qué lógico!
Pero cuando Jesús le indica que debe hacerlo, cede sin discutir: ¡verdadera
humildad! -“Este
es mi Hijo, el Amado”: Dios Padre revela a Dios Hijo mientras el Espíritu
Santo desciende sobre Él en forma de paloma. |
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