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2. LA VISITACIÓN DE MARÍA
SANTÍSIMA A SU PRIMA SANTA ISABEL |
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Visitación de María a Isabel (Lc
1,39-45) Por aquellos días, María se levantó y marchó deprisa a la
montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando oyó Isabel el saludo de María, el niño
saltó en su seno, e lsabel quedó llena del Espíritu
Santo; y exclamando en voz alta, dijo: ‑Bendita tú entre las mujeres y bendito es
el fruto de tu vientre. ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi
Señor a visitarme? Pues en cuanto llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó
de gozo en mi seno; y bienaventurada tú, que has creído, porque se cumplirán
las cosas que se te han dicho de parte del Señor. El Cántico de María: Magníficat (Lc 1,46-56) María exclamó: ‑Proclama mi alma las
grandezas del Señor, y se alegra mi espíritu en Dios
mi Salvador: porque ha puesto los ojos en la
humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán
bienaventurada todas las generaciones. Porque ha hecho en mí cosas grandes
el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo; su misericordia se derrama de generación en
generación sobre los que le temen. Manifestó el poder de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. Derribó de su trono a los
poderosos y ensalzó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despidió vacíos. Protegió a Israel su siervo,
recordando su misericordia, como había prometido a nuestros padres, Abrahán y
su descendencia para siempre. María permaneció con ella unos
tres meses, y se volvió a su casa. |
Algunas
consideraciones para meditar el misterio
-
Gabriel le había anunciado que su prima Isabel esperaba un hijo y estaba ya
en el sexto mes. El arcángel no se lo había dicho porque Ella dudase, y la
Virgen -que capta enseguida esas insinuaciones de Dios- comprende que debe
acercarse para visitar a su prima. -
María "deja de lado" su condición de "Madre de Dios" y
-humilde- se dirige a las montañas de Judea. Isabel es anciana y la Virgen
puede ayudarla en las cosas de la casa. -
Cuando llega y saluda a Isabel, Juan el Bautista da saltos de júbilo en el
vientre de su madre: el precursor, que recibe la gracia del Espíritu Santo en
ese momento, anuncia la llegada del Mesías aun antes de nacer. - La humildad de la
Virgen se manifiesta nuevamente en el rezo del "Magnificat":
"Porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, desde ahora me
llamarán bienaventurada todas las generaciones". - Y permanece allí unos tres meses antes de regresar a Nazaret: es decir, hasta que Isabel deja de precisar su
atención: otra muestra de humildad. |
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