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Hasta ahora hemos repasado las condiciones
necesarias para que se dé la reproducción sexual (elaboración de gametos por
meiosis, aparatos reproductores) y el proceso mismo de reproducción (fusión de
los gametos). Pero el tema de la reproducción quedaría incompleto si no
hiciéramos un breve estudio de las primeras fases de desarrollo del nuevo ser.
Esto es lo que denominamos desarrollo embrionario. Y ya que nos hemos
centrado particularmente en la reproducción humana, continuaremos con el
desarrollo de la nueva persona desde la fase de cigoto (cuando el
individuo está formado por una sola célula, justo después de la fecundación)
hasta el momento del parto (unos nueve meses después). Y mencionaremos
muy someramente los acontecimientos que suceden después del parto: el desarrollo
postembrionario.
En el desarrollo embrionario se pueden
distinguir las siguientes fases: la segmentación, la gastrulación y la
organogénesis.
La segmentación
Es el proceso por el que el cigoto sufre una
serie de divisiones mitóticas. Las células que se forman por esas divisiones se
denominan blastómeros y son todas de igual tamaño. El proceso tiene
lugar durante la primera semana de vida.
-Formación de la mórula: el cigoto se
divide por sucesivas mitosis en las que se van alternando los planos de
división meridianos (que pasan por los "polos") y latitudinales
(paralelos al "ecuador"). El número de blastómeros va creciendo: 2,
4, 8, 16, 32. Éstos se agrupan en una masa esférica maciza que, por su parecido
con el fruto de la zarzamora, denominamos mórula.
-Formación de la blástula: a partir de
los 16 ó 32 blastómeros, algunos de éstos se aplanan y forman una capa
periférica denominada trofoblasto. Los blastómeros del trofoblasto se
multiplican rápidamente y se separan del grupo central, que queda desplazado y
constituye el embrioblasto. Así se forma una cavidad entre trofoblasto y
embrioblasto, que llamamos blastocele y que aparece llena de un líquido
seroso. Este estado del individuo recibe el nombre de blástula o blastocisto.
-Implantación o anidación: durante
todo este tiempo, el individuo se ha ido desplazando por la trompa de Falopio
(en la que se produjo la fecundación) hacia el útero. Allí, la mucosa uterina
ha aumentado su grosor y se ha vascularizado, en un proceso regulado por las
hormonas sexuales femeninas. Hacia el sexto o séptimo día, el blastocisto se
implanta en la mucosa uterina: es la anidación. A partir del trofoblasto
se han formado unas digitaciones llamadas vellosidades coriales que se hunden
en la mucosa uterina hasta que el blastocisto queda completamente envuelto.
La gastrulación
Por la gastrulación, la blástula se
transforma en gástrula. En la fase de gástrula se distinguen dentro del embrión
tres capas u hojas embrionarias: ectodermo, mesodermo y endodermo.
Además se forman varios órganos que intervienen en la protección y nutrición
del embrión, que son los anejos embrionarios: corion, saco
vitelino, amnios, mesénquima extraembrionario y alantoides.
La gastrulación tiene lugar durante la segunda y la tercera semana de vida.
Los blastómeros del endodermo y ectodermo
forman el disco embrionario a partir del cual se desarrollará el
embrión. Entre esas dos capas se formará el mesodermo a partir de células del
ectodermo.
El saco vitelino servirá para nutrir
al embrión hasta que se establezca la circulación materno-fetal. El alantoides
servirá primero como depósito de los productos de excreción, e intervendrá
después en la respiración y nutrición del embrión.
El amnios o cavidad amniótica
(llena de líquido amniótico) rodeará al embrión para protegerlo de
golpes y rozamientos. El mesénquima extraembrionario se desarrollará
entre el saco vitelino y el trofoblasto (y a partir de él se formarán otras
cavidades y capas).
Por último, el corion que más adelante formará las vellosidades
placentarias.
La organogénesis
Durante
la organogénesis se forman diversos órganos del cuerpo a partir de las tres
hojas embrionarias (ectodermo, mesodermo y endodermo). Se produce un
crecimiento del feto, una diferenciación de tejidos y la formación de los
distintos órganos.
En las primeras fases de la organogénesis, el
amnios aumenta de tamaño: el individuo queda flotando en el líquido amniótico y
sólo se comunica con la madre por el cordón umbilical.
Después
de la anidación se forma la placenta: se desarrollan entre las
vellosidades coriales las vellosidades placentarias (más grandes que las
coriales), que se ramificarán entre las lagunas sanguíneas del endometrio
materno. Las vellosidades placentarias constituyen la placenta fetal. La
mucosa uterina en la que se insertan esas vellosidades se denomina placenta
materna. El conjunto de ambas se llama placenta. La función de la
placenta es desarrollar la circulación materno-fetal, mediante la cual el feto
obtendrá los nutrientes que necesite y expulsará parte de los productos de
excreción. Así la placenta desempeñará las funciones que, tras el nacimiento,
serán propias de los pulmones, intestino y riñón. El cordón umbilical unirá al
feto con la placenta.
a) A partir del ectodermo se formarán
las siguientes estructuras:
-Sistema nervioso.
-Epidermis.
-Glándulas cutáneas (sudoríparas, etc.),
pelos, uñas.
-Cavidad bucal y anal.
-Fosas nasales.
b) A partir del mesodermo:
-Músculos.
-Huesos.
-Dermis.
-Gónadas.
-Aparato excretor.
-Aparato circulatorio.
c) A partir del endodermo:
-Tubo digestivo
-Glándulas digestivas.
-Revestimiento de los pulmones.
El parto
En el parto se distinguen dos momentos bien
diferenciados: primero, el de la expulsión del feto; después, el de la
expulsión de la placenta y otros anexos fetales.
Se contraen las paredes del útero. Como
consecuencia de esas contracciones se rompe el amnios y sale al exterior el
líquido amniótico (es lo que vulgarmente se conoce como "romper
aguas"). Se dilata el cuello del útero el feto comienza a salir con la
cabeza por delante. Cuando ya ha salido, se corta el cordón umbilical que lo
une a la placenta: la cicatriz de este cordón será el ombligo. Se produce la
primera inspiración, que requiere del niño un esfuerzo extraordinario, porque
los pulmones al nacer están encogidos y deben llenarse por primera vez de aire.
Poco después de haber sido expulsado el feto,
saldrá la placenta y otras envolturas fetales, empujadas por ligeras
contracciones del útero.
El desarrollo postembrionario
Podemos resumir el desarrollo postembrionario
en tres aspectos: los cambios postnatales, el crecimiento y la madurez sexual.
Entre los cambios postnatales
distinguimos: el funcionamiento de los aparatos respiratorio, digestivo y
excretor, cuyas funciones desempeñaba hasta ese momento la placenta; la
aparición de la dentadura (primero de leche y después definitiva); el cierre de
algunos espacios que quedan entre los huesos del cráneo; el funcionamiento de
los órganos de los sentidos; y las manifestaciones y desarrollo progresivo de
las capacidades racionales (inteligencia, voluntad).
El crecimiento
no es otra cosa que el aumento de tamaño del organismo, y los cambios en las
proporciones corporales (muy distintas en el adulto y en el niño). El
crecimiento termina hacia los 21 años de edad en la mujer y 24 en el hombre,
con la osificación de los cartílagos intercalares de los huesos. Este
crecimiento es más acentuado en la niñez y en la primera juventud.
Con la madurez sexual (que tiene lugar
en el periodo de la pubertad, a partir de los 12 años en las chicas, y de los
13-14 años en los chicos), el individuo adquiere los caracteres sexuales
secundarios y la capacidad reproductora (empieza la formación de gametos).