10 de febrero de
2006. Excursión al Campamento de la Legión en Ronda. Estas líneas buscan
mostrar, al menos un poco, el profundo agradecimiento que sentimos hacia
quienes hicieron de ese día de excursión algo inolvidable.
Una vez más, el
Subteniente Miguel Díaz Ramírez -a quien considero buen amigo- coordinó nuestra
visita. En esta ocasión fue la 1ª Compañía -con el Capitán Luis Carmona a la cabeza- quien se ocupó de atendernos. El
Teniente Coronel Félix Carrasco salió a recibirnos y estuvo pendiente de
nosotros en todo momento.
Los muchachos
vieron un documental sobre la Legión. Enseguida pasaron a la sala de
visión infrarroja e hicieron prácticas de tiro con un simulador. Asistieron a un
desfile del escuadrón de Gastadores, comprobaron su puntería al aire libre, disfrutaron
con las maniobras realizadas por un grupo de legionarios (cuyo objetivo era “conquistar”
una plataforma de cemento), etc. Finalmente -antes del almuerzo- todos hicimos un
recorrido por el campamento subidos a los carros de combate.
Habría
que
destacar el buen trabajo de muchos que nos acompañaron durante esas
horas y de
otros que -sin estar con nosotros entonces, como el Sargento 1º Helio-
permitieron que todo se desarrollase según lo previsto. Pero manifestar
ese agradecimiento aquí de forma pormenorizada y a cada uno haría de
estas letras un texto farragoso e interminable.
Los chavales y los
profesores quedamos impresionados por la fortaleza, agilidad y coordinación de
estos militares en las maniobras que realizaron ante nosotros. Pero más aún nos impresionó el profundo espíritu de servicio
que demostraron tener -sin hacer alardes- con innumerables detalles a lo
largo de esas horas. Por eso fue éste el comentario más repetido: ¡qué gente
tan amable!... Quizá fuimos al Cuartel buscando sólo los aspectos militares
y nos vimos sorprendidos por el trato humano -y cercano- de quienes allí trabajaban.
De
ahí que me
parezca oportuno terminar estas líneas con una frase que resume bien la
impresión de esa visita: Si los militares que allí encontramos son
representativos de lo que hay en el Ejército
español, aunque -como a todos nos sucede- quizá tengan carencias y
defectos, podemos
sentirnos tranquilos y orgullosos: estamos
en muy buenas manos…
Marbella, 25 de marzo de 2006
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