1966, 6 de enero. Madrid. Mi hermano José Antonio en los brazos del Rey Mago con cara de susto (¡no es para menos!...) Recuerdo que nuestros hermanos mayores nos contaban cómo era tanta su ilusión cuando creían en los Reyes Magos, que no desconfiaban cuando los veían en un comercio y después en otro, aunque el mismo rey Melchor estuviese gordo en un sitio y delgado en el otro