Aborto libre, igualdad y progreso

 

         Desde hace unos meses compruebo la insistencia con que algunas personas reclaman el “derecho” al aborto libre. Entiendo su posición, fundamentada en el derecho a la igualdad y en el afán de progreso...

 

         La igualdad busca que no haya diferencias tangibles entre hombres y mujeres dentro de la sociedad. Igual que busca que no las haya entre distintas personas según la edad, el nivel económico, la posición social o la procedencia. Por eso, ¿hay ley más igualitaria que la que permite un aborto libre?...

 

         Basta con mirar estas imágenes (como representativas de ese 63% de abortos con 8 o menos semanas de gestación que se practicaron en España durante el año 2006)...:

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         ¿Verdad que es igualitaria una práctica que otorga los mismos derechos a morir a niños y niñas? Es así porque no se pregunta antes de practicar el aborto si la criatura es de uno u otro sexo. Pero se llega al máximo de la igualdad porque el derecho a morir de esos niños tampoco discrimina según las creencias de los padres, la posición social, la procedencia... Sí discrimina según la edad –pues según ésta son recomendables distintos métodos abortivos...:

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            En cualquier caso, aunque con diferentes métodos, todos los niños -de cualquier sexo, condición social o económica, raza, creencia religiosa en su familia... deben tener derecho a que se les practique el aborto sin más condiciones. De ahí que se defienda el derecho al aborto libre como signo de la igualdad en distintos ambientes. Conviene recordar que hoy en España sólo tienen derecho a ser abortados los hijos de violadores, aquéllos cuya madre padezca alguna enfermedad física o psíquica y los que tengan enfermedades como el síndrome de Down (éstos, incluso, poseen ese derecho durante más tiempo que los otros casos). ¿Por qué se les niega ese derecho a no nacer a todos los demás? ¿No va esto en contra de la igualdad?

 

            Debemos pensar también en la promoción social -progreso- que esta práctica puede traer en todos los sentidos:

 

            1º) La promoción de la industria de cosméticos podría aprovecharse -como de hecho sucede ya en algunas casas de cosméticos- de los fetos abortados para la elaboración de sus productos (lo que abarataría los costes y facilitaría el acceso de más mujeres y hombres a esos productos):

            2º) La igualdad también se extendería en este terreno, ya que cualquier mujer se beneficiaría de los abortos de otras: ¿Qué mejor muestra de igualdad y progreso que una mujer pobre pintándose los labios o maquillándose con una crema elaborada a partir de restos de aborto de mujeres ricas?

 

            3º) Sería además una oportunidad para incrementar el número de puestos de trabajo. La práctica del aborto no requiere sólo la acción del médico sino la de una enfermera que haga el “recuento” de los restos del feto troceado extraídos de la mujer (para asegurarse de que no queda ninguno dentro que pueda llegar a corromperse y causar enfermedades en la mujer). Bastaría con enseñar a hacer esos “recuentos” a chicas y chicos jóvenes que no encuentran trabajo. Estoy seguro de que -además de permitirles unos primeros ingresos profesionales- sería una oportunidad excelente para descubrir nuevas vocaciones biosanitarias... (además, cualquiera entiende la enorme injusticia que supondría para esa mujer padecer una infección grave sólo por buscar que su hijo “ejerza” el derecho a ser abortado a manos de un médico también preocupado por mantener “vivo” ese derecho a morir de los no nacidos...)

 

            4º) Por último podríamos hablar del crecimiento económico que supondría la extensión de la práctica del aborto libre en estos momentos de crisis económica: se calculan en 2006 en unos 50 millones de euros los beneficios reportados directamente por la práctica del aborto en España...

 

            Conclusión

 

            ¡Qué cosa tan maravillosa la igualdad y el progreso que nos proporcionaría el aborto libre si de una vez por todas abandonáramos nuestros prejuicios...!

 

            Sin embargo, SI ESTO ES EL CULMEN DE LA IGUALDAD Y DEL PROGRESO (lo siento, pero ya no puedo seguir con el tono cínico que he tenido desde el comienzo de este artículo)... DESEO SER LA PERSONA MENOS IGUALITARIA DE ESTE MUNDO, Y AÑORO LOS TIEMPOS DE LOS TROGLODITAS (CUANDO TODAS LAS MADRES SENTÍAN UNA INCLINACIÓN NATURAL A PROTEGER A SUS HIJOS DURANTE LA GESTACIÓN).

 

            Recuerdo que hace algunos años tuve hámsters en casa. Eran animales encantadores (de pelo blanco, negro, gris...) que se multiplicaban con gran rapidez y tenían una voracidad asombrosa. Dejaron de parecerme tan encantadores cuando un día que no les echamos de comer, la madre decidió alimentarse con algunas de sus crías recién nacidas... Es verdad que las crías parecían “albóndigas pequeñitas”... y que la madre tenía hambre... ¡pero eran sus crías! Aquello me pareció monstruoso, aunque sé que son irracionales. Más monstruoso aún me parece que una madre decida abortar a su hijo, por grave que sea la situación personal que atraviese ella... (y no soy insensible ante estas situaciones, pero me parece antinatural que se llegue a esos extremos) ¿Acaso debemos excusar su actitud diciendo que también nosotros -hombres y mujeres- somos irracionales?...

 

            PORQUE ESTO (EL ABORTO) NO ES IGUALDAD NI PROGRESO.

 

                                                                       Fernando del Castillo del Castillo

                                                  Marbella, 30 de junio de 2008