Para gozar de lo bello

Una noche, ojeando mis papeles encontré una cita de un filósofo alemán del siglo XX. Habla de la belleza y de nuestra capacidad o incapacidad para gozar de ella. Sabemos que escuchar música con excesivo volumen impide percibir los matices de una buena melodía. Y que el exceso de luz dificulta la contemplación de una buena imagen. De la misma forma, quien abusa de salsas fuertes en las comidas acaba no saboreando los matices de algunos platos exquisitos.

Pienso que algunos jóvenes tienen el gusto estragado para gozar de lo bello. Pero preocupa más aún que muchos adultos -que no pueden excusarse en el ambiente dentro del cual fueron educados- muestran claros síntomas de poca sensibilidad ante la belleza. Y gozar de lo bello es una inclinación natural de toda persona. Por eso, me parece que las palabras que ahora transcribo pueden servirnos para reflexionar (meditar y corregir cuanto sea preciso) sobre nuestra situación personal (la letra en negrita es añadido mío). Hay que estar preparados para percibir lo bello...:

El que busca el goce sensible de manera desordenada tiende siempre a reducir la totalidad del mundo sensitivo, sobre todo lo que en él hay de bello, al deleite sexual. Sólo una sensibilidad que es casta capacita, por ejemplo, para percibir la belleza de un cuerpo humano como pura belleza y para gozarla en sí misma, "propter convenientiam sensibilium", sin dejarse extraviar ni nublar por una voluntad desaforada de placer.

Se ha dicho, no sin razón, que sólo el que tiene un corazón limpio es capaz de reír de verdad. No menos cierto es que sólo percibe la belleza del mundo quien lo contempla con mirada limpia.

Joseph PIEPER, Las virtudes fundamentales, Rialp (7ªed.), Madrid (2001), p.249

         Son ciertamente bellas estas palabras sobre la belleza. E, igual que la belleza misma, dignas de ser contempladas e incorporadas a nuestra vida personal, en busca de la felicidad.