Era
necesario disfrazarse de “marcianos”
para montarse en las barcas. Sólo Alberto C. no se cambió (porque tenía mal
un oído y no debía entrarle agua). De pie: Diego, Fernando, Antonio, Alberto
B., Curro, Manolo y Alberto C. Agachados: Mariano, Jesús e Ignacio. Con cascos
y remos, dispuestos a disfrutar en el río.
|