1. INMUNIDAD: CONCEPTO Y TIPOS DE INMUNIDAD. SISTEMA INMUNITARIO.
Inmunidad activa y pasiva. Inmunidad natural y artificial. Inmunidad
congénita y adquirida. Órganos primarios y secundarios del sistema
inmunitario.
4. FUNCIONES DE ANTISÉPTICOS, ANTIBIÓTICOS, SUEROS Y VACUNAS.
Durante toda su vida el ser
humano se encuentra en contacto -a través de su piel y mucosas- con numerosos
microorganismos. Desde el punto de vista microbiológico a este hecho se le
denomina infección. La relación que se establece entre el ser humano y
el microorganismo puede ser de varios tipos:
a) Simbiosis: se
benefician ambos. Es el caso de E. coli, que vive en el intestino humano
y sintetiza la vitamina K (que interviene en el proceso de coagulación de la
sangre).
b) Comensalismo: sólo se
beneficia el parásito, como es el caso de las bacterias que viven en la piel y
las mucosas.
c) Enfermedad: el huésped
es perjudicado.
A los microorganismos capaces de
desarrollar una enfermedad se les denomina patógenos. Desde el primer
momento se establece una lucha entre esos microorganismos y el individuo
invadido:
*Al principio, cuando esta lucha
no es manifiesta, se habla de infección latente o subclínica.
*Si el microorganismo continúa
multiplicándose, daña al huésped y éste reacciona con más intensidad para
tratar de eliminarlo. Esta situación se manifiesta al exterior (enfermedad)
con síntomas y signos clínicos típicos correspondientes a cada enfermedad
infecciosa.
*Si el microorganismo anula
alguna función vital del hombre se llega a la muerte.
1. Inmunidad: concepto y
tipos de inmunidad. Sistema inmunitario
El término "inmunis"
(inmune) se introdujo en la Biología para expresar el estado en que quedaban
los vertebrados superiores que, después de pasar por una enfermedad microbiana,
adquirían la propiedad de quedar libres de volver a padecerla.
Podemos definir la inmunidad
como el estado de resistencia que presentan los organismos frente a la
infección. La ciencia que estudia la inmunidad se denomina Inmunología.
La inmunidad puede ser
congénita, es decir, hereditaria (y propia de cada especie).
La inmunidad adquirida puede
lograrse por vía natural o de una manera artificial. Tanto una como otra pueden
dividirse en inmunidad activa e inmunidad pasiva (en la activa el
individuo recibe antígenos y fabrica anticuerpos específicos contra esos
antígenos: es más duradera; en la pasiva el individuo recibe los anticuerpos
por el suero de un individuo ya inmunizado).
TIPOS
DE INMUNIDAD
I. Congénita:
bases genéticas
II. Adquirida:
a) Natural:
-Activa:
formación de Ac por haber padecido una enfermedad.
-Pasiva:
por el paso de Ac a través de la placenta.
b) Artificial:
-Activa:
por vacunaciones.
-Pasiva:
por administración de Ac preformados.
Anatómicamente el sistema
inmunitario está formado por el sistema linfoide: linfocitos circulantes y
órganos linfáticos. Se considera que el linfocito es la célula básica de la
inmunidad. Los linfocitos son células con un diámetro de 8-10 μm cuyo
citoplasma está prácticamente ocupado por el núcleo y que circulan por el
organismo.
A partir de la célula madre
pluripotente situada en la médula ósea se originan las células progenitoras de
los linfocitos y del resto de las células sanguíneas (hematíes, leucocitos y
monocitos).
Las células progenitoras de los
linfocitos invaden los órganos primarios o centrales (timo y bolsa de
Fabricio en aves; en mamíferos no hay bolsa de Fabricio y cumplen su función
las placas de Peyer, situadas en el intestino), donde son procesados y
diferenciados. Los linfocitos que van a parar al timo se transforman en linfocitos
timodependientes o linfocitos T. Los que llegan a la bolsa de
Fabricio o a las placas de Peyer, en linfocitos bursodependientes o linfocitos
B.
Los linfocitos T y B son
similares al microscopio óptico, pero el electrónico nos permite ver que los
linfocitos T presentan una superficie lisa mientras que los B la presentan
rugosa. Pero aún es mayor la diferente "educación inmunológica" que
reciben: los linfocitos T son preparados para intervenir de manera directa,
atacando al agresor (antígeno) por su presencia (respuesta inmune de
tipo celular), mientras que los linfocitos B actúan sobre los antígenos
mediante sustancias de naturaleza proteica (anticuerpos) elaboradas por
ellos (respuesta inmune de tipo humoral).
Tanto los linfocitos T como los
B, una vez educados en los órganos linfoides primarios (timo, placas de Peyer)
pasan a los órganos secundarios o periféricos (ganglios linfáticos,
amígdalas, bazo, etc.), y de allí -aptos ya para la respuesta inmunológica- a
la sangre y a la linfa.
2.
Respuesta inmunitaria
El hombre cuenta con mecanismos
de defensa: mecánicos y químicos, humorales y celulares, según las
características que presenten. En primer lugar encontramos los dispositivos
mecánicos representados por la piel y las mucosas. Actúan como barreras
defensivas impidiendo la entrada del parásito en tejidos profundos.
Cuando se produce una herida
(ruptura de estas barreras), los microorganismos situados en la superficie de
la piel y mucosas pueden penetrar y multiplicarse en los tejidos de nuestro
organismo.
Además, en la superficie de la
piel y mucosas se encuentran ciertas sustancias de naturaleza química (como los
ácidos grasos, la lisozima y el moco) que impiden que muchos microorganismos
sean capaces de establecerse en esas superficies, ya que tienen capacidad
bacteriolítica o de arrastre. Así actúan muchas secreciones: lágrimas, saliva,
orina, y secreciones gástrica e intestinales.
En la mucosa bronquial cooperan
en la acción defensiva el epitelio ciliado o vibrátil de la mucosa con el manto
de moco que la recubre.
La secreción ácida del sudor, el
HCl del estómago, el pH ácido de la orina y de algunos conductos genitales,
tienen también carácter protector por sus propiedades bactericidas.
La lisozima presente en las
lágrimas, saliva, secreciones bronquiales y digestivas produce la lisis de
muchos gérmenes.
Por último, dentro de las
primeras barreras defensivas, hay que citar los coliformes presentes en
el intestino, que intervienen en la síntesis de algunas vitaminas y evitan la
proliferación de microbios patógenos: si por el uso de antibióticos se destruye
esa flora favorable, se originan trastornos intestinales y pueden aparecer
hongos y otros microbios patógenos.
Respuesta inmunitaria
Cuando el germen ha penetrado
atravesando las primeras barreras defensivas, se encuentra con otras que luchan
contra su difusión. Hablamos ya de respuesta inmunitaria, en la que intervienen
principalmente -como ya hemos visto- los linfocitos. Los tipos de respuesta que
ofrece el organismo son dos: respuesta celular y respuesta humoral.
*Respuesta celular. Se
apoya en la capacidad fagocítica de diversas células del organismo. En este
tipo de respuesta intervienen los linfocitos T (derivados del timo) y
los macrófagos. Emiten pseudópodos en contacto con partículas extrañas y
las engloban en su protoplasma.
Los linfocitos T actúan de 3
formas:
1) Transformándose en linfocitos
citotóxicos o asesinos, que destruyen antígenos como células cancerosas o
células de tejidos trasplantados.
2) Sintetizando el factor
activador de los macrófagos (por el que éstos se activan y adquieren la
propiedad de fagocitar antígenos como bacterias, protozoos o virus, y digerirlos).
3) Sintetizando el interferón:
proteína que induce la síntesis de proteínas antivirales en células infectadas
por virus (aunque esto forma parte más bien de la respuesta humoral).
Una vez sensibilizados, se
distinguen tres clases de linfocitos T según su función: los linfocitos
citotóxicos (Tc), que al tomar contacto con el antígeno para el
que han sido sensibilizados, lo destruyen; los linfocitos Th,
que activan la respuesta inmune; y los linfocitos Ts, que
inhiben la respuesta inmune.
*Respuesta humoral. Se
caracteriza porque los linfocitos B,al ser estimulados por el antígeno, reaccionan formando anticuerpos. En
la formación de anticuerpos, sin embargo, intervienen 3 tipos de células: los
linfocitos B, los linfocitos T y los macrófagos.
Los macrófagos tienen la función
de fagocitar los antígenos y procesarlos de tal manera que se conviertan en
antígenos aptos para estimular la respuesta inmunológica cuando son presentados
a los linfocitos.
Los anticuerpos reaccionan
específicamente con los antígenos para bloquear su acción nociva para el
organismo.
Resumiendo: -Respuesta celular: linfocitos T y
macrófagos.
-Respuesta humoral:
linfocitos B con la colaboración de linfocitos T y macrófagos.
Reacción antígeno-anticuerpo
Denominamos antígeno a toda
molécula que al entrar en contacto con los linfocitos es capaz de activarlos y
desencadenar una respuesta de tipo humoral o celular.
Los antígenos deben ser extraños
al animal en el que desencadenan la respuesta inmunitaria. Por eso poseen
propiedades antigénicas los virus y bacterias, las macromoléculas de un animal
de otra especie, e incluso las proteínas propias del animal cuando se ha
alterado su composición química (este es el caso de la respuesta inmunológica
desencadenada por células cancerosas).
Los anticuerpos son
glucoproteínas de alto peso molecular sintetizadas por las células plasmáticas,
que las secretan al espacio extracelular. los anticuerpos pueden encontrarse en
todos los líquidos orgánicos. Sin embargo es en el suero donde existe la mayor
concentración.
Mediante técnicas complejas de
separación y análisis se han identificado en el hombre cinco clases de inmunoglobulinas
(gammaglobulinas con actividad de anticuerpos), que se denominan: Ig G, Ig M,
Ig A, Ig D e Ig E.
Las inmunoglobulinas están
formadas por cadenas pesadas (H de heavy) y ligeras (L de light)
de proteínas en las que hay porciones constantes y porciones variables.
La propiedad biológica más
característica de las inmunoglobulinas es su capacidad de reaccionar
específicamente con los antígenos. La unión del antígeno con el anticuerpo se
efectúa a través de las porciones variables de los fragmentos de Ig
especializadas en la unión con el antígeno. Que la unión antígeno-anticuerpo es
específica, significa que las inmunoglobulinas sintetizadas por estímulo de un
antígeno, no reaccionan con otro antígeno de composición química diferente. La
base de esta especificidad reside en la secuencia de aminoácidos de la
porción variable.
Respuesta inmune primaria y
secundaria
Cuando en un animal entra por
primera vez un antígeno (o se le administra por vía parenteral: intravenosa,
intramuscular, subcutánea, etc.), éste es fagocitado y llevado a los ganglios
linfáticos, donde es reconocido por los linfocitos, y éstos son estimulados.
La primera inmunoglobulina
sintetizada es la Ig M. Si no penetra en el animal una nueva dosis de antígeno,
apenas forma otras clases de inmunoglobulina. La respuesta es poco intensa y
poco duradera: alcanza su máximo a los 10-15 días de la entrada del antígeno y
luego declina (respuesta primaria).
Pero si el antígeno vuelve a
entrar al cabo de unos días de haberlo hecho por primera vez (o se le
administra una nueva dosis al animal), se observa una respuesta secundaria
en la que fundamentalmente se sintetiza Ig G. Esta respuesta es más rápida,
intensa y prolongada que la anterior.
La respuesta secundaria se
encuentra ligada a la existencia de las llamadas células de memoria que
"recuerdan" al antígeno que ha producido la respuesta primaria. Las
células de memoria pueden ser tanto linfocitos T como linfocitos B. Al tener
los linfocitos una vida muy larga (especialmente los linfocitos T), y llegar a
los tejidos a través de la sangre y la linfa, cuando las células de memoria
reconocen el "material extraño"para el que han sido especialmente programadas y sensibilizadas,
desencadenan una respuesta inmune más rápida e intensa. En la respuesta
secundaria la síntesis de anticuerpos se produce más rápidamente y en mayor
cantidad.
Reacciones antígeno-anticuerpo
"in vivo"
Las reacciones
antígeno-anticuerpo "in vivo" pueden tener un doble efecto: ser
beneficiosas para el vertebrado, o desencadenar reacciones adversas de
hipersensibilidad o alérgicas.
El papel benéfico lo desempeñan
eliminando los antígenos: neutralizan toxinas que producen los microorganismos
patógenos, o ayudan a la fagocitosis de esos microorganismos.
Entre las reacciones de
hipersensibilidad inmediatas (mediadas por anticuerpos) están las reacciones
anafilácticas. En éstas se desencadena una liberación de mediadores químicos
(entre los que destaca la histamina, que aumenta la permeabilidad capilar y la
contracción de los músculos lisos, bronquios e intestino). Esta liberación de
histamina y de otros mediadores químicos da lugar al choque anafiláctico, que
puede ser mortal.
Las alergias son situaciones de
hipersensibilidad que aparecen sólo en los seres humanos y con un evidente
carácter familiar o hereditario. Que sean familiares no quiere decir que sean
heredados en sentido estricto. No se hereda un asma o una urticaria (entre
otras cosas porque ni los anticuerpos ni los antígenos alérgicos atraviesan la
placenta). Lo que se hereda es la disposición de los tejidos para reaccionar
ante la presencia de alergenos (antígenos alérgicos) y producir entonces los
anticuerpos denominados reaginas.
3. Inmunodeficiencia
Se conoce con este nombre la
insuficiencia total o parcial del sistema inmune para lograr una respuesta
eficaz ante un antígeno, lo que da lugar a enfermedades graves, debido a la
importancia de los mecanismos inmunitarios para defender al organismo.
La inmunodeficiencia puede ser
congénita o adquirida.
La congénita obedece a la
deficiencia en la producción de gammaglobulinas o de linfocitos T por alguna
anomalía genética que repercute en el desarrollo y funcionamiento del sistema
inmune.
La adquirida más conocida
es el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), producido por un virus
que se transmite por la sangre (transfusiones, inyecciones, etc.) y por el
contacto sexual.
El virus del SIDA ataca a los
linfocitos Th y reduce considerablemente su número. Dado el papel
que estos linfocitos desempeñan como activadores de los Tc y de los
B, la actividad citotóxica y la producción de inmunoglobulinas se ven
disminuidas, por lo que el organismo queda desprotegido ante cualquier
infección, por leve o poco importante que parezca ésta.
4. Funciones de antisépticos,
antibióticos, sueros y vacunas
a) Antisépticos
Se denominan antisépticos las
sustancias que aplicadas a los microorganismos los hacen inocuos por impedir su
crecimiento o por causar su muerte. Así se oponen a las infecciones, a la
descomposición o a la putrefacción, aunque preferentemente se utiliza este
término para las sustancias que se aplican a los seres vivos.
Cuando produce la muerte del
microorganismo se dice que es bactericida. Cuando sólo impide su
crecimiento se dice que tiene poder bacteriostático. generalmente los
antisépticos poseen ambos tipos de acciones, aunque predominará una o la otra
según la concentración a la que se utilicen.
Desde el punto de vista médico
los antisépticos se pueden utilizar en los siguientes casos: 1) desinfección de
la piel sana, para intervenir quirúrgicamente; 2) en heridas pequeñas (en las
grandes existe el peligro de una absorción intensa del antiséptico); 3) en las
mucosas externas (boca, nariz, faringe, ojos) deben utilizarse antisépticos
poco irritantes; 4) en los procesos infecciosos del tracto urinario; 5)
desinfección de materiales no vivos y del agua.
Los antisépticos más habituales
en la práctica médica son:
*Iodo
*Cloro
*Agua oxigenada
*Compuestos de
mercurio
*Nitrato de plata
*Alcohol etílico
*Fenol
*Detergentes
b) Antibióticos
Son sustancias originadas en el
metabolismo de muchos microorganismos, que presentan propiedades bacteriostáticas
y bactericidas. A partir de la extracción de la penicilina del Penicilium
notatum (1929) se han descubierto numerosos antibióticos.
Actúan alterando el metabolismo
bacteriano: alteración de la actividad enzimática, inhibición de la síntesis de
algunos metabolitos fundamentales y trastorno en el funcionamiento fisiológico
de la membrana bacteriana. Actúan frecuentemente sobre la pared bacteriana.
El abuso de antibióticos ha
llevado al desarrollo de cepas bacterianas resistentes a muchos antibióticos.
c) Sueros
La sueroterapia es un sistema de
inmunización pasiva. Esta inmunización se adquiere suministrando sueros de
animales o de humanos inmunizados ya contra una enfermedad.
No es preventiva sino
terapéutica, y se aplica en los estados iniciales de la enfermedad. Se suele
aplicar en combinación con la vacuna correspondiente.
Los sueros más utilizados son
los siguientes: antidiftérico, antitetánico y antibotulínico, anticarbuncoso,
antigangrenoso, etc.
d) Vacunas
Reciben este nombre por haberse
iniciado la vacunación en 1798 precisamente con la enfermedad de las vacas viruela
"bovina" o "vacuna". Su efecto es preventivo, no
terapéutico.
Con la vacunación se consigue un
estado inmunitario activo, pues consiste en la administración al organismo de
un antígeno con su actividad limitada, para que el individuo sintetice
anticuerpos contra ese antígeno, sin riesgo de padecer la enfermedad, de forma
que el cuerpo se encuentre ya protegido para cuando lleguen antígenos de esa
enfermedad posteriormente.
Existen varias vacunas contra la
mayor parte de las enfermedades infecciosas, bien sean producidas por microbios
o por virus, y en todas se utiliza como antígeno el propio germen muerto, o
vivo y atenuado en su virulencia (siendo este último proceder el más empleado,
pues se sabe que su inmunidad dura más tiempo).
En cualquier caso, la inmunidad
activa (vacunas) es siempre más duradera que la pasiva (sueros), pero tarda más
tiempo en conseguirse.